Organizaciones populares se organizan por la liberación de una militante política. Realizan acampes y cortes de ruta a un mes de la detención de la dirigente Sala, presa por protestar en defensa de derechos laborales en el norte del país.
“Presa política, líder social, defensora de derechos, constructora de conciencia, indígena, mujer”, señala uno de los tantos carteles hechos a mano dispuestos en el acampe que exige la liberación de la militante Milagro Sala en Plaza de Mayo. Espacio público ubicado en Ciudad de Buenos Aires que es el escenario de históricos hechos políticos en la Argentina.
La detención de Milagro Sala, primera presa política del reciente asumido gobierno de Mauricio Macri, genera que distintas organizaciones sociales, políticas y sindicales acompañen el reclamo por su liberación. A un mes, más de 200 cortes de accesos en todo el país hacen oír más fuerte su voz. Al mismo tiempo que continúa el acampe que desde enero está dispuesto en la llamada “Plaza del Pueblo”, frente a la casa de gobierno.
“La protesta social no es delito”,
“Macri la Argentina te queda grande… retirate o te sacamos a la fuerza”,
“Nuestra Argentina no se vende, no es una empresa”,
son algunos de los mensajes que pueden verse cerca de la gran carpa blanca, junto a imágenes y fotografías que ilustran ollas populares en barrios y construcciones de viviendas. Todas ellas, acciones alcanzadas por la militante a través de la Organización Barrial Tupac Amaru en la provincia de Jujuy, ubicada al norte del país.
Bajo la bandera de lucha contra la criminalización de la organización y la protesta, esta carpa permanente en Buenos Aires acompaña el reclamo de la organización Tupac Amaru, la cual desde diciembre acampa en el norte del país por la continuidad de los trabajos que desarrolla allí. Ya que miles de cooperativistas quedaron fuera de convenio laboral luego de la asunción de los nuevos gobiernos nacional (Macri) y provincial (Morales).
El derrotero jurídico
Tras los reclamos de la Tupac Amaru en Jujuy, en el medio de lo que especialistas llaman “escándalo institucional” e incluso “secuestro legalizado”, Milagro Sala fue detenida en su provincia el pasado 16 de enero. Se la acusó de entorpecer el normal funcionamiento de los transportes por tierra. No se tuvo en cuenta, claro está, derechos ciudadanos como el de la protesta pública.
Debido a que era insostenible que estuviera detenida por esa situación, se la excarceló al mismo tiempo que se la volvió a imputar. Esta vez por administración fraudulenta, asociación ilícita y extorción. Aún cuando, por ser diputada regional, la dirigente tiene fueros que no impiden su procesamiento, pero sí su detención.
Y hay más. Esta semana, el juez a cargo de la causa volvió a rechazar su excarcelación bajo el argumento de que “existen indicios de que Sala, de recuperar la libertad, podría entorpecer la investigación”. Afortunadamente, esto tuvo respuesta. Después de las medidas mencionadas, integrantes del Parlamento del Mercosur denunciaron a los jueces y a la fiscal a cargo de la causa por privación ilegal de la libertad agravada.
Es bien conocido cómo, a lo largo de la historia, los gobiernos antipopulares apadrinados por el Poder Judicial criminalizaron la protesta y buscaron disciplinar al pueblo. En declaraciones en Radio Gráfica de Argentina, la especialista Azucena Racosta, como tantos otros, dijo:
“Hay que recalcar que Milagro Sala está detenida sin causa penal. Esto es gravísimo. Esto nos hace acordar a las detenciones ilegales de la dictadura. (…) Se está hablando como si fuera una gran delincuente y en su causa penal no hay nada para que esté detenida. Comenzaron a investigar luego de una detención ilegal (…) Si no la sacamos en libertad a Sala, no va a pasar mucho tiempo hasta que estemos todos criminalizados (…) Aquel que reclame por su trabajo, por la democratización de los medios o por una educación digna será preso sin causa legal que lo establezca”.
El papa y apoyos internacionales
“La parlamentaria Milagro Sala fue detenida en su casa como consecuencia de una denuncia interpuesta por el Gobierno de la provincia de Jujuy, acusada de instigación a cometer delitos y tumultos. La realidad es que no hacía más que ejercer, junto a otros miles de personas (…) sus derechos a las libertades de expresión, reunión, manifestación y petición. (…) Su detención es una demostración de intolerancia y de criminalización de la protesta social pacífica. Esta grave decisión se suma a otras medidas regresivas que está adoptando el actual Gobierno argentino en distintos ámbitos…”,
expresa un texto firmado por representantes de más de 20 países. Entre ellos Brasil, Chile, Bolivia, España, Francia, Alemania y eurodiputados.
Además, se presentó una solicitud a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para que otorgue medidas cautelares que liberen a Milagro Sala y garanticen el derecho a la protesta social. Los reclamos hasta la fecha incluyen a diversos espacios de derechos humanos, como Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, HIJOS, la Asamblea Permanente por los derechos Humanos, la ONU, entre muchos otros.
Otro punto clave. El Papa Francisco, antes de su viaje a México, envió un rosario bendecido a Milagro a través de uno de sus colaboradores más cercanos en Argentina. “Coco” Garfagnini, de la Tupac Amaru, explicó en declaraciones a la prensa que Enrique Palmeyro, enviado por el Papa, llevó el rosario a la carpa ubicada en Plaza de Mayo y manifestó la preocupación del pontífice por la detención de Milagro.
Esto acumula ciertas tensiones de cara al encuentro de Francisco con el presidente argentino, que está previsto para el próximo 27 de febrero. Antes de la entrega del rosario, sacerdotes nucleados en Curas en Opción por los Pobres pidieron en Plaza de Mayo que el Papa no reciba a Macri hasta que liberen a la militante. “Tenemos a una hermana presa política”, expresaron en la misa que celebraron en el acampe. En ese sentido, diversos espacios pusieron en acción una campaña en las redes sociales para llegar al sumo pontífice: @Pontifex_es #PapaFranciscoNoRecibasAMacri hasta que #LiberenAMilagroSala
Por la liberación de Milagro
La organización barrial que dirige Milagro tiene el nombre del líder que llevó adelante la mayor rebelión anticolonial indígena del continente americano: Tupac Amaru. Esta agrupación surgió en la década del ´90 en el norte argentino y comenzó organizando copas de leche para niños, en tiempos donde el hambre era moneda corriente. Al día de hoy, construyó miles de viviendas, comedores, centros de atención primaria de la salud y espacios educativos de todos los niveles, parque acuático, centro cultural, fábricas y talleres en forma de cooperativas de trabajo. Todo ello, para un sector social que nunca había gozado de esos derechos.
Por la liberación de Milagro y en defensa de la organización popular que ha generado puestos de trabajo y acceso a derechos, así como para repudiar la criminalización de la protesta, distintas organizaciones se han congregado. A un mes de su detención, además de mantenerse la carpa con actividades frente a la casa de gobierno, más de 40 organizaciones participaron el 17 de febrero de una jornada nacional de lucha con cortes en todos los accesos hacia la Ciudad de Buenos Aires y en varias provincias del país.
El militante “Coco” Garfagnini de la Tupac Amaru en conferencia de prensa había anunciado: “En la gran jornada nacional de lucha, en la Argentina no va a poder circular un solo vehículo hasta que liberen a Milagro Sala”. Fueron 200 cortes en todo el país que bloquearon rutas, puentes y autopistas durante varias horas.
Sala aún sigue en la misma situación. Además de las vías judiciales en proceso, la militancia organizada hace frente y continúa la protesta hasta que liberen a Milagro, quién –tal como expresan sus personas más cercanas- es completamente consciente de las movilizaciones que se llevan adelante. En esta línea, el próximo 24 de febrero habrá un paro nacional de trabajadores y trabajadoras por la masividad de los despidos. En esta jornada, como no podía ser de otra manera, volverá a llevarse la bandera por la liberación de Milagro.
